Es importante considerar las características de México para
analizar las repercusiones de la introducción de transgénicos. México cuenta con
una gran riqueza en biodiversidad, es centro de origen y diversidad de muchos
cultivos como: maíz, frijol, jitomate, chile, papa, ente otros. Estos cultivos
tienen gran cantidad de parientes silvestres nativos. Ante esta riqueza
biológica y sin una regulación en bioseguridad, México queda en una posición
altamente vulnerable.
Funcionarios del sector salud informaron a Greenpeace que no han
aprobado el ingreso de maíz transgénico Bt para su consumo y que no
cuentan con la notificación del exportador o importador mexicano. Por su parte,
la Sagar también negó que haya autorizado el ingreso de este maíz, porque no es
para siembra. Por lo que toca a la Semarnap, ni siquiera está involucrada en la
evaluación de impacto ambiental de los cultivos experimentales y comerciales
aprobados por la Sagar, mucho menos en la vigilancia del manejo y movilidad de
productos transgénicos como el jitomate, papa, canola, soya y algodón. De esta
forma, la responsabilidad inmediata recae sobre la Secretaría de Comercio y
Fomento Industrial (Secofi), ya que estos productos están ingresando bajo los
acuerdos comerciales firmados por México.
Ante la falta de información, Greenpeace ingresó en marzo de 1999
al puerto de Veracruz y tomó muestras de maíz blanco y amarillo de tres buques
procedentes de Estados Unidos. Las muestras fueron enviadas a analizar al
Laboratorio de Biología Molecular del Ministerio de Medio Ambiente del gobierno
de Austria. En mayo del mismo año, los resultados confirmaron la presencia de
maíz transgénico Bt en las tres muestras colectadas. El maíz Bt
contiene el gene de una bacteria del suelo (Bacillus thuringiensis, de
ahí el nombre Bt) que confiere resistencia a insectos. Dichas variedades
fueron diseñadas para resistir el ataque de una plaga de maíz en Estados Unidos
y Europa, el gusano barrenador europeo. Dentro de los maíces Bt , se
identificó la variedad Event 176 de Novartis, que contiene un gene de
resistencia a ampicilina.
Mientras que en diversas partes del mundo aumenta la prohibición
de importaciones y siembra de transgénicos y el rechazo a productos derivados de
OGM por parte de consumidores, en México las importaciones de maíz de Estados
Unidos se incrementan año con año. En 1998 y 1999 alcanzaron, según Secofi, 5
millones de toneladas. En 1999, el porcentaje de maíz transgénico mezclado con
maíz convencional, estuvo alrededor de 25 por ciento. Este porcentaje pudo
crecer a partir de noviembre-diciembre de 1999, debido a que en Europa, muchos
países están rechazando las importaciones de maíz y soya transgénica. escrito por Jose Pablo Martinez Hernandez
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